Los ácidos grasos Omega-3 son necesarios para la concepción, durante el embarazo, la infancia y en general en todas la etapas de la vida.
No existen datos concretos de las cantidades que se deben ingerir diariamente.
Durante el embarazo, la madre debe tomar ácidos grasos esenciales, ya que son fundamentales en el desarrollo del feto. Durante la gestación se debería ingerir al menos 200 mg DHA (ácido graso Omega-3 de cadena larga).
En la lactancia, también se deben ingerir, ya que la concentración de grasas en la leche materna está asociada al tipo de grasas ingeridas por la madre. Cuando la dieta es pobre y las reservas escasas, como sucede en mujeres con alimentación deficiente, la cantidad de grasas que contiene la leche materna disminuye.
También se recomienda en las primeras etapas del desarrollo infantil, es en esta etapa en la que el cerebro demanda más DHA y es el órgano que más lo contiene.
Para cubrir la necesidad diaria de DHA se aconseja el consumo de pescado azul fresco 2 veces a la semana.
En la menopausia, su consumo podría mejorar los síntomas depresivos y disminuír la frecuencia de sofocos.
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