Las claves para conseguir un tratamiento eficaz se basan en evitar las infecciones y limitar el prurito.
Se deben evitar las situaciones que desencadenen el picor como la temperatura ambiental elevada, no usar ropa de abrigo excesivo, la calefacción de aire caliente puede ser perjudicial, se debe evitar un contacto directo con lana, plásticos, gomas, etc...
En ocasiones los cítricos o los excitantes como el café, cacao o el alcohol, aumentan el picor.
Es preferible el baño a la ducha, se recomienda bañarse durante unos 20 minutos con agua templada, y añadiendo alguna sustancia emoliente (generalmente coloides de avena), la esponja debe de ser suave, y secarse con una toalla también suave y sin frotar. A continuación del baño usar una crema emoliente, las más aconsejables sean quizás las que contengan ácidos omega.
Nos podemos encontrar distintas presentaciones:
Aceites de baño: son mezclas de aceites que se echan en el agua de baño, y que forman una fina capa oclusiva sobre la piel, reteniendo el agua.
Lociones: se aplican después del baño y están destinadas especialmente para zonas con pelo o sequedad media
Cremas: se recomiendan sobre todo en la cara
Pomadas: son las más oleosas (no recomendadas para zonas con mucho pelo), están destinadas a zonas más secas. Se aplican mejor de noche ya que son bastante untuosas
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